Si como parece ser, la demanda real de viviendas en esas condiciones no ha existido nunca como algunos pensaron, estamos simplemente ante una situación que los profesionales de las Cadenas de Suministro ya conocen, y han sufrido en sus carnes, llamada “efecto látigo de toro” o lo que es lo mismo en inglés, “bullwhip effect”. Algo parecido ha sucedido ya en distintas ocasiones en diferentes mercados, la más reciente, la famosa burbuja de Internet de año 2000, época en la cual todo el mundo creyó que la demanda de comercio electrónico se dispararía de forma casi exponencial, y que finamente no ocurrió. El mundo entero no comenzó a comprar en la Web de manera desaforada de un día para otro y las enormes inversiones que habían realizado las tecnológicas, las empresas “puntocom” y el capital riesgo provocaron una crisis de capacidad de recursos frente a demanda baja o inexistente que llevó al sector a vivir su “efecto látigo de toro”.
La gran cuestión es que, si esto es así, si el “bullwhip” es conocido para los que hemos sufrido ya sus perniciosos efectos en otros sectores, ¿cómo es posible que este país, y otros allende los mares, se hayan metido en un autentico problema, sin solución a corto plazo, desconociendo sus catastróficas consecuencias? ¿Cómo lo han podido permitir unos y otros, políticos, financieros y constructoras, sabiendo lo perniciosos resultados de una situación como la que ahora vivimos?
Aunque pueda parecerlo, no hay una respuesta fácil a estas cuestiones y si muchas teorías sobre como actuar en una situación como esta. Los especialistas en Cadena de Suministro utilizamos desde hace ya algunos años un juego muy popular que se llama “el Juego de la Cerveza”, que trata de reproducir una situación de demanda y suministro entre una tienda de barrio, un distribuidor de cerveza y una fábrica. La historia, de manera abreviada, trascurre así. Un buen día, el dueño de la tienda que vende normalmente 4 cajas completas a la semana de “Cerveza de los Enamorados”, ve con sorpresa que los clientes, chicos jóvenes que acuden a su tienda, compran más botellas de esta marca de cerveza y que el stock de cajas que guarda habitualmente en su patio, baja de manera desacostumbrada. Como su distribuidor, al que ni siquiera conoce, habitualmente tarda en servirle el pedido 4 semanas y ante la merma ocurrida en su stock, opta por protegerse y esa semana, le pide al hombre de la furgoneta que le traiga un pedido de 8 cajas. Pero a la semana siguiente, las ventas de cerveza se mantienen igual de altas y el hombre de la furgoneta solo le entrega 4 cajas (las pedidas hace 4 semanas), lo cual le pone más nervioso, por lo que en previsión de quedarse sin “Cerveza de los Enamorados”, le hace un nuevo pedido de 12 cajas. Según pasan las semanas, la tienda se queda sin stock, se pierden ventas y el tendero piensa que ese maldito distribuidor, al que ni siquiera conoce, está pasando de él, por lo que en la semana 8 le llega a pedir 24 cajas de cerveza. Por cierto, hace unos días, el tendero se enteró de que hay un nuevo anuncio en la televisión con una cancioncilla que menciona en su estribillo la “Cerveza de los Enamorados” y eso podría explicar el aumento de la demanda. Pero el distribuidor sigue sin darle lo que él necesita.
El distribuidor, ha notado que, de un tiempo a esta parte, las tiendas le piden más cajas de cerveza de lo habitual, concretamente de la marca “Cerveza de los Enamorados”. Él no mide su stock en cajas, pues trabaja con gruesas, que es la cantidad de cajas que caben en una furgoneta. Ante el aumento de demanda y dado que su stock casi se ha agotado, en la semana 6 le hace al fabricante un pedido de 20 gruesas. El distribuidor sabe que normalmente el fabricante tarda en entregarle los pedidos 4 semanas y que hace dos semanas, la fábrica ha empezado a producir más, pero ante el nerviosismo creciente de de las tiendas, en la semana 8 pide 30 gruesas.
El director de distribución y marketing de la “Cerveza de los Enamorados” ha sido contratado hace 4 meses y para él, este es un producto más que tarda 2 semanas en fabricar. En la semana 6, los pedidos de esa cerveza se elevaron espectacularmente, pasando de 4 gruesas por semana a 40 gruesas, pero la fábrica reaccionó inmediatamente aumentando la capacidad de producción y contratando personas para más turnos de trabajo. En la semana 16, la fábrica consiguió (¡por fin!) cumplir con todos los pedidos, pero a partir de la semana 17 los pedidos fueron tan solo de 19 gruesas y en la semana 18…¡ya no hubo más pedidos!!!! En la semana 19, el fabricante tenía ya un stock de 100 gruesas. ¿Qué había ocurrido? ¿Cómo es que la gente había dejado de comprar súbitamente la “Cerveza de los Enamorados”?
Recuerden que en esta historia, los actores participantes en esta Cadena de Suministro no se conocían entre ellos. Por lo que el director de distribución y marketing de la “Cerveza de los Enamorados”, a punto de ser despedido, se fue a ver al desesperado distribuidor, que ya tenía en su almacén un stock de 220 gruesas y hacia 2 meses que no recibía pedidos de las tiendas. Ante la grave situación, ambos llegaron a la conclusión de que la demanda había crecido enormemente y luego había desaparecido de repente, ya que los clientes se habían cansado del producto. Continuando con sus pesquisas, el fabricante y el distribuidor se fueron a ver al dueño de la tienda, al que encontraron desesperado en su patio contando las 93 cajas que tenía de stock. Hasta dentro de 10 semanas no volvería a realizar un pedido de la “Cerveza de los Enamorados”. Ante las preguntas de los otros dos sobre el comportamiento extraño de la demanda, el tendero contestó: “la demanda nunca creció de forma descomunal, ni frenó de golpe como decís, pues yo sigo vendiendo ocho cajas de “Cerveza de los Enamorados” a la semana”. ¿Entonces qué había ocurrido?
Este tipo de comportamiento fue descrito por Peter Senge en su libro La Quinta Disciplina que aborda el comportamiento sistémico que tiene lugar en las organizaciones y sus procesos. En muchas ocasiones, no somos capaces de comprender en que tipo de estructura estamos inmersos, llevando nosotros mismos el sistema a la crisis, basándonos tan solo en nuestros objetivos. Por ello, no deberíamos concentrarnos solo en nuestras decisiones, sin dejar de pensar cómo éstas pueden afectar a los demás miembros del sistema. Los actores del proceso, deberían de eliminar las inestabilidades entendiendo como se crean, buscando nuevos modos de pensar y gestionando la Cadena de Suministro en la que estén involucrados. En el Juego de la Cerveza solo hay una decisión a tomar en cada momento: cuánta cerveza pedir cada semana, pero teniendo en consideración la que ya se ha pedido (y en algún momento llegará) y cómo ha variado la demanda. Además, los jugadores no deberían ser presos del pánico, deberían tener disciplina y pensar que el triunfo de uno, depende de triunfo de los demás que forman el sistema.
Volviendo al caso de la construcción en España, puede parecer una situación mucho más compleja que la de la “Cerveza de los Enamorados”, pero quizás no lo sea tanto. Habría que analizar primero la demanda total de viviendas y que elementos la componen. En primer lugar está la demanda especulativa, es decir aquella demanda de inversionistas que no pensaban nunca ocupar las viviendas, pero aprovechando el precio de dinero, han invertido comprando inmuebles. En segundo lugar hay que considerar la demanda oportunista, que es la generada por aquellos compradores que no pensaban cambiar de vivienda, pero que dado el precio del dinero y la subida de precio de sus pisos viejos, compraron y se mudaron de casa para mejorar. Y por último, existe la demanda real, que es la demanda de aquellos que necesitan una casa para vivir, ya sea para emanciparse, por crecimiento de la familia o cambio de residencia, independientemente de las condiciones del mercado.
La cuestión fundamental en estos momentos por las que estamos pasando en España, es que la demanda de viviendas ha caído en picado. ¡Pero es que la demanda real, nunca creció como algunos pensaron! Se disparó la demanda especulativa y la oportunista y eso motivó la construcción de miles de viviendas que ahora están en stock y nadie va a comprar. Todos los actores del sistema (el sector de la construcción, los bancos y los especuladores) se comportaron tratando de optimizar su parte, sin darse cuenta que ellos mismos, estaban provocando el efecto perturbador en el sistema, el "bullwhip", y nadie quiso mirar más allá, como en el “Juego de la Cerveza”.
¿Y ahora qué? Pues para desgracia de aquellos que están en el sector o se han visto salpicados por este tema, solo quedan dos opciones. La primera es aumentar la demanda real para disminuir lo antes posible el stock (lo cual es harto difícil con las condiciones actuales) y la segunda (la más probable) es sentarse a esperar hasta que el stock desaparezca, como en el caso de nuestro "Juego de la Cerveza", lo cual pronostica que se nos vienen momentos muy difíciles para nuestra economía.
Y si estaba tan claro….¿cómo es posible que nadie fuera capaz de verlo?
Referencias
http://en.wikipedia.org/wiki/Bullwhip_effect
http://www.administracion.econo.unlp.edu.ar/623/paginas_web/06_materiales/laquintadisciplina.doc
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